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Mucho se habla del desarrollo del ecosistema productivo pero muy poco se hace para transformarlo en un trabajo más intensivo con real apoyo a los emprendedores.
Todo el mundo se vuelca hacia lo tecnológico, las startups, las pymes y olvidan al emprendedor de subsistencia que puede ser un gran proveedor de servicios o bienes a grandes empresas.
Se necesita desarrollar guías locales de acceso a la información, más comunicación y más entidades que se comprometan como parte del ecosistema productivo de apoyo al emprendedor en cualquier estadio.
Esta transformación es necesaria para una real inclusión social laboral y el sostenimiento del desarrollo económico en el largo plazo.  El desafío es desarrollar y fortalecer los actuales ecosistemas productivos y generar ventajas competitivas para cada eslabón de esta cadena.
Esto implica un ejercicio colectivo de la sociedad para favorecer una interacción virtuosa entre empresas, profesionales, gobiernos, comercios e instituciones que alineen todos los incentivos para favorecer su desarrollo y que cada emprendedor se sienta parte.
Implica también el contexto internacional y regional, con una estrategia inteligente de inserción global, aprovechando las oportunidades y evitando la difusión de prácticas comerciales desleales.
El desarrollo del ecosistema productivo tiene una impronta local y las regiones que requieren una atención específica en relación a sus competencias e idiosincrasias. Los ecosistemas necesitan generación de valor pues son un espacio en el cual se pueden aprovechar las economías de escala y las capacidades productivas de las grandes empresas y los pequeños emprendedores  en forma simultánea con el encadenamiento de PYMES proveedoras de bienes de servicios y clientes, que se caracterizan por sus economías de especialización y permiten generar bienes altamente diferenciados.
Tenemos la responsabilidad de generar acciones que favorezcan el desarrollo de la cooperación entre los actores del ecosistema para permitir la especialización individual complementaria.   Para este proceso son fundamentales los servicios de apoyo en transporte y logística, financiamiento, infraestructura, energía, consultoría especializada, entre otros factores, para contar con un entorno favorable a la producción, trabajo en redes de conocimiento para el desarrollo de ventajas competitivas.
La competitividad de los agentes que actúan de manera interrelacionada, por oposición a la de quienes lo hacen en forma individual, es determinante.
En este marco los emprendedores más “débiles”, necesitan de quienes están en crecimiento, de las universidades, de los portales, de los gobiernos, de los mentores y profesionales que pueden asistirlos para encontrar el mejor camino a su desarrollo y posterior crecimiento sostenido.
Se requiere en simultáneamente el desarrollar capacidades tecnológicas;  crear y fortalecer redes y la comunicación para favorecer la interacción y la sinergia y el real acceso a la financiación, asesoramiento técnico y bajar las tasas de interés.
Estamos ingresando a la industria 4.0 y será un negocio para pocos en donde los emprendedores pueden ser grandes proveedores, la difusión de la digitalización y la conectividad, con tecnologías de automatización y robótica, para crear valor en cadenas de producción inteligentes están rodeadas de nuevos conceptos como Inteligencia Artificial, Big Data, que están transformando a la sociedad, pero muchos emprendedores han quedado excluidos en este desarrollo por falta de información y acceso a esos recursos y herramientas.
Los cambios iniciados hace más de dos décadas en ciencias y otras áreas, han convergido en el presente en cambios radicales en los métodos de producción, comercialización y consumo, el impacto en la productividad, la equidad son enormes y replantean nuestro accionar actual.
En particular, como emprendedora he sentido la falta de iniciativa local de asistencia al desarrollo emprendedor y a nivel internacional lo he sentido muy superficial,  he trabajo mucho en forma independiente por  la cooperación pública-privada en los ámbitos donde he tenido la oportunidad de hacer gestión, pero los emprendedores de subsistencia no son un target que le interese a muchos.
Debemos articular en un proceso de co-evolución de la producción y en la construcción permanente de un nuevo marco de apoyo, con la participación de las organizaciones empresariales, de los trabajadores, la innovación y el ámbito educativo. El Estado tiene que desarrollar políticas públicas, evaluaciones de impacto y desempeño, considerando los objetivos de productividad, empleo, etc., deben abarcar los instrumentos existentes y los nuevos, una evaluación ex ante y monitoreo durante la implementación de los incentivos.
De acuerdo a las conclusiones que generen, deben replantearse, adaptarse y complementarse la batería de incentivos para estar alineados con el desarrollo de los ecosistemas en la búsqueda del beneficio social medible y concreto.
Hay mucho para hacer, pero aún nadie toma la posta, por ejemplo de una guía on line por localidad, por ejemplo de un registro nacional de emprendedores, para generar networking o sinergias con beneficios en red.
En fin, habrá que seguir esperando….y aportando, yo desde mi humilde lugar lo hago a diario…

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